miércoles, 14 de marzo de 2012

La pedagogía de la escucha


Hismaldy Santos
hismaldy.santos@listindiario.com
Santo Domingo


  “La cultura es lo que define la identidad de una nación; carga con expresión única la forma de discutir, pensar y ser de sus ciudadanos”, dice Simonetta Cittadini, fundadora de L’Atelier, escuela de atención y educación de la primera infancia. Sus peculiaridades, aparte de fortalecer la autenticidad, pueden forjar un camino para adentrarse al contexto social de un país, si se parte de escuchar el ambiente y las personas para crear soluciones, explica Cittadini.

  Integrar en la primera infancia, la que se incluye de 0 a 5 años, este proceso de escuchar, es la manera de que preservarlo en el tiempo, según los estamentos de Reggio Emilia, filosofía para la educación infantil de origen italiano.

  En esta teoría la innovación está en la experiencia diaria, la investigación en observar la construcción del pensamiento y la práctica en transformar el punto de vista del adulto desde el niño y no al inverso, explica Juan Felipe Calle, atelierista y mentor pedagógico.

 Propuesta
“La preescolar no es un estacionamiento en el que los padres pagan una matrícula para que los niños se les entreguen como productos de información, valores o conocimiento”, señala Cittadini. Es un espacio de respeto al pensamiento que vela por la calidad de la enseñanza y el enriquecimiento de la experiencia social.   

La garantía de esto, explica Cittadini, está en un apego fiel de la realidad que toque los conceptos de vida y muerte. Quiere decir que los niños se desarrollan frente a plantas que crecen y que a veces también fallecen.

“Los objetos y muebles están conectados; traen luz, sonido, diversidad de texturas y movimientos”, dice Cittadini. Vienen tanto de los folletos académicos como del hogar y contribuyen a que el niño se haga más visible.

Fusión
Cittadini señala que fragmentar disciplinas en un horario, priva a los infantes de disfrutar de ventajas como que una materia ayude a otra en el entendimiento o comprensión de contenidos. “Un niño que presente aptitudes para las artes plásticas podría utilizarlas sus habilidades para entender las matemáticas”, dice la especialista.

Entre más diversidad al aplicar Reggio Emilia, mejor. Las diferencias presentan una oportunidad que une en acción comunitaria, y separa como individuos llenos de posibilidades. Aquí entran en diálogo abierto educadores, padres y niños, así como políticos, científicos y personas del barrio. El resultado, cuenta Cittadini, es una escuela sin techo donde todo tipo de presencias es bienvenida y usada para influir de forma constructiva. 


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PROBLEMÁTICA SOCIAL DESDE LA PRIMERA INFANCIA
“Un ambiente democrático puede potenciar a la escuela como un espacio rico en posibilidades”, dice Felipe Calle. Explica que un problema como el de la corrupción puede ser eliminado de raíz si de por medio actúan adultos conscientes que acogen el conflicto, y le dan oportunidad a cada idea.

“Aquí el maestro es un guía, viene a aprender cómo se puede partir el bizcocho y que cada uno reciba su porción”, agrega.

Sostiene que una política de alce a la voz del niño acerca a la solución de la violencia o la discriminación.   

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